Skip to main content
search

La aventura de dos villaduqueños en el «Principessa Mafalda»

By 15 mayo, 2009Curiosidades

En 1927 cuando las minas de “El Soldado” ya no mostraban la pujanza de años pasados, dos villaduqueños decidieron probar suerte al “otro lado del charco”, así Pedro González, minero y Francisco León López, mecánico, decidieron comenzar una nueva etapa trabajando en las minas de plomo de «La Pulpera» en la región de los Andes en Argentina.

El viaje prometía, se desplazarían en autobús hasta Madrid, y allí comprarían el pasaje para embarcar en Barcelona a bordo del “Principessa Mafalda”, un impresionante trasatlántico de 9210 toneladas, que medía 147 metros de eslora y 16 metros de manga, construido en los astilleros de la Societa Ejercicio Bacini, de Riva Trigoso, el “Principessa Mafalda” fue sin duda la gran nave de su tiempo, y la única capaz de unir Italia con Argentina en catorce días. Construido en 1908 y botado en Nápoles en abril de 1909, el 11 de octubre de 1927 zarpaba desde Genova para cumplir su nonagésima travesía, haciendo escala en Barcelona donde embarcarían nuestros dos aventureros villaduqueños formando parte del pasaje de 3ª clase .

El Princesa Mafalda en el Puerto de Barcelona

El barco recibía su nombre de la princesa italiana Mafalda de Saboya, nacida en 1902, hija del Rey Víctor Manuel III y de la Reina Elena, esta nave pertenecía a la sociedad Navigazione Generale Italiana que varios años atrás había sufrido la desgracia de perder a su nave gemela el “Principessa Jolanda”.

Pasajeros embarcando en el Princesa Mafalda

En Villanueva del Duque los amigos y familiares de Pedro y Francisco vivían con expectación el viaje, y esperaban noticias de su llegada a Argentina, pero el 26 de octubre la radio reproducía un escueto cable de Asociated Press diciendo: “Río de Janeiro, 26. El paquete Principessa Mafalda naufragó en las costas de Bahía ayer a las 19.15. Han sido salvados 400 pasajeros de un total de 1600”.

A las 19:00 horas se había partido el árbol de la hélice izquierda, las enormes palas continuaron el movimiento giratorio al desprenderse, chocaron con el casco y abrieron un enorme desgarrón en las planchas metálicas, por donde comenzó a entrar el agua dentro del buque. Los tripulantes de 3ª clase, que estaban en la parte más baja del barco, eran también los terceros en orden de subida a los botes salvavidas, por ello decidieron que había que salir de allí como fuera y despavoridos salieron en desbandada, desbordaron toda vigilancia e invadieron las otras cubiertas, sembrando el pánico a su paso, los botes salvavidas estaban a medio bajar cuando todos llegaron hasta ellos, atropelladamente se arrojaron sobre las pequeñas barcas, tropezando entre si, zambulléndose unos encima de otros, hasta colmar la capacidad de las frágiles embarcaciones más allá del límite de seguridad. Así fue como algunos de esos botes se hicieron pedazos al tocar el agua, cayendo al mar racimos humanos que rápidamente desaparecieron bajo la superficie, solamente unos cuantos botes conseguían abandonar la zona, dejando a su espalda la triste silueta del “Mafalda” que se hundía sin remedio.

Periódico italiano de la época que recrea la tragedia del Mafalda

Varios barcos acudieron en ayuda del Mafalda, el “Alhena” el “Empire Star”, el “Formose”,  el “Mosella” y el “Rosetti”  recogiendo a todos los supervivientes que pudieron encontrar, pues aquellos que no consiguieron alcanzar los botes perecieron ahogados o fueron victimas de los tiburones.

Hasta cuatro días tuvieron que esperar los familiares para saber si sus seres queridos estaban a salvo, el día 29 de octubre 1927, los nombres de los supervivientes comenzaban a aparecer en la prensa española.

Noticia que recoge el salvamento de los villaduqueños

Felizmente Pedro y Francisco pudieron salvar sus vidas en aquella enorme tragedia, nos asalta la duda de si continuaron hasta Argentina o se volvieron a Villanueva del Duque, pero en nuestro recuerdo y en nuestra pequeña historia, todos debemos guardar para siempre la aventura de estos dos villaduqueños, que fueron sin duda tan intrépidos, como insumergibles.

Julio López para villanuevadelduque.com

Join the discussion 2 Comments

  • Cuerva dice:

    ¡¡ SORPRENDENTE !! Supongo que después de esto pocos villaduqueños se decidieron a seguir los pasos de estos dos aventureros.

    No conocía la historia de este barco que se asemeja en lujo y desgracia al Titanic, que curioso que dos vecinos compartieran todos estos avatares.

    Gracias por la información y por enseñarnos tantas curiosidades de nuestro pueblo

  • El Sr. Pedro González Cerro era el marido de una hermana de mi abuelo y efectivamente no murió y volvió al pueblo y murió bastante mayor yo conocía la historia por mi padre Demetrio Alamillos Conde
    Me alegro q lo publiquen
    Un saludo

Leave a Reply to Teodora Alamillos Alamillos Cancel Reply

Close Menu