INFORMACIÓN GENERAL
ERMITA DE LA
VIRGEN DE GUÍA
Está considerada como una de las ermitas de mayor valor artístico de la Comarca de los Pedroches. Su estilo se puede encuadrar en la transición del románico al gótico.
Se encuentra sobre una pequeña meseta, a 750 metros al Norte del municipio, desde donde se contempla la horizontalidad tanto de la localidad como de los tranquilos y acogedores encinares. En su interior tiene su morada la Patrona de nuestro pueblo la Santísima Virgen de Guía.
En ella veneran su imagen desde tiempo inmemorial los pueblos de Villanueva del Duque, Alcaracejos, Dos Torres, Fuente la Lancha e Hinojosa del Duque. El culto compartido entre dichos pueblos se debe –según una de las hipótesis de más peso -, a que habiéndose encomendado el rey a tres nobles caballeros la conquista de ciertas tierras y una vez llevada a cabo la obra con satisfactorios resultados, se despidieron entre sí en el lugar en dónde hoy se encuentra la ermita donde dejaron la imagen y acordaron darle culto, llevándosela a las respectivas ciudades”.
Su origen no está aún del todo claro. Los historiadores se agrupan en dos posturas, principalmente: Unos piensan que fue una parroquia –pues sería demasiado grande para ser una ermita – construida por los vecinos del antiguo Allozo. Pero la postura más verosímil es la que defiende que fue un convento-fortaleza de los Templarios, pues sus características arquitectónicas son similares a las de otros monasterios, como el de San Pedro de Cardeña o San Bernardo.
Aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción, se piensa que el templo primitivo data de los siglos XII – XIII constando en su origen, de una sola nave, a la que, en el siglo XVII, se le añaden las naves laterales.
El conjunto es una bella ermita de planta cuadrada, de típica construcción serrana, de 16 metros de longitud, estructurada en tres naves, siendo la central, de 8 metros, el doble de grande que cada una de las laterales.
Las tres naves aparecen separadas por tres arcos apuntados cada una, los cuales descansan sobre gruesas columnas de fuste cilíndrico, cuyos capiteles son ochavados y sus basas son de sección octogonal y base cuadrada.
El pulpito data de 1677 y se erige majestuosamente sobre una columna de granito, con un capitel de caras esquinadas.
Durante la guerra civil, la ermita tuvo una funcionalidad bien diferente a la suya propia, ya que fue utilizado de almacén de intendencia. Aunque su arquitectura no sufrió daños de consideración, las imágenes que custodiaba en su interior fueron destruidas. Tras la guerra, en 1940 la ermita quedó de nuevo abierta al público.
En 1955, en la puerta lateral, al realizar unas obras se encontraron diversas tallas de madera policromada del siglo XIII que actualmente se encuentran en el Museo Diocesano de Córdoba, siendo propiedad de nuestra Parroquia. Representan a la Virgen de Guía, Virgen Niña, Santa Lucía, San Blas, San Juan Bautista y San Mateo. Se cree que procedían de la Parroquia de San Blas del primitivo poblado de Ayozo.
Pertenecen al estilo iconográfico Vasco-Leones. Aparecieron mutiladas y con restos de vestiduras y, al parecer, con huellas de incendio, pudiéndose pensar en el ejercito francés, que tantos desmanes provocó en los templos de la comarca.
En el prebisterio se encuentran unas delicadas pinturas, que constituyen uno de los testimonios más importantes del patrimonio pictórico de los Pedroches. Fueron restauradas entre los años 1998 y 2001, por un equipo de restauradores dirigidos por D. Moisés Moreno López.
Están pintadas con la técnica del temple al huevo, sobre fondo de estuco. En el frontal del ábside se representa la escena de la Asunción y Coronación de María, que es contemplada desde la parte interior del fresco, por algunos apóstoles. En la bóveda aparecen representados, de medio cuerpo, los cuatro evangelistas con sus respectivos símbolos. En los laterales hay sendos murales de 2×2 metros, el de la derecha representa la Anunciación y el de la izquierda los Desposorios de la Virgen con José.
El mayor tesoro que guarda la ermita es sin duda alguna la imagen de la Virgen de Guía, compartida por cinco pueblos del suroeste y centro de la Comarca de Los Pedroches, originalmente era de bronce, hueca y tenía dos argollas para poder colgarse en la montura del caballo. Era de estilo iconográfico “socia belli” (efigie de campaña) y era llevada por los caballeros, que después fundaron su ermita, a los diferentes combates que libraban. La imagen desapareció durante la guerra civil, y al parecer pudiera estar escondida en el hueco de una encina para evitar que fuera dañada, por lo que fue sustituida por la que existe en la actualidad, una pequeña estatuilla de madera de pino y dorada, de unos 24 cms, que es copia de la original.
Respecto a su reducido y singular tamaño, convendría resaltar, que en España sólo hay dos vírgenes de semejantes medidas: la de Fernán González ( propiedad de los Duques de Mompesier ) y la Virgen de las Batallas ( que perteneció a Fernando III el Santo ).
La Virgen aparece en actitud sedente (sentada), sosteniendo con las dos manos al niño sobre su rodilla derecha. Éste permanece en pie con una bola en la mano izquierda y con gesto de bendición en la derecha.
Además de la imagen de la Virgen de Guía que es de culto compartido por los 5 pueblos que la veneran, y por lo cual no permanece de continuo en la ermita, existe otra imagen más grande, de 73 cm.,que no se mueve nunca del altar de la ermita, y que nace de la necesidad de exponer a la Virgen y dejarla siempre al culto en su capilla. Se le encargó al escultor pozoalbense José Herruzo Álamo, quien siguió el modelo de una de las tallas encontradas en 1955, en la puerta lateral de la ermita. Es de madera, estofada y policromada, aparece en posición sedente con semblante tranquilo y con la mirada al frente. Lleva túnica rosada y manto azul, zapatos dorados, velo blanco y corona dorada. Sobre su rodilla izquierda tiene sentado a Su Hijo. Este sostiene el globo terráqueo en su mano derecha, al tiempo que desvía ligeramente la mirada hacia el cielo, viste túnica blanca y aparece descalzo.
El acceso a la ermita de la Virgen de Guía desde Villanueva del Duque se realiza a través de un bello paseo de algo menos de un kilómetro, que une al pueblo directamente con la ermita, por el que pasean a diario una gran cantidad de villaduqueños.
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