El 12 de agosto de 1989, día más relevante de los de la Semana Cultural vivida en Villanueva del Duque en torno al Homenaje a Aurelio Teno entonces celebrado, el Diario Córdoba publicaba la carta abierta dirigida al artista por D. Manuel Moreno Valero, Sacerdote y Cronista Oficial de Pozoblanco.
Textualmente decía así:
“Hoy es un día señalado en tu historia personal, donde existen ya muchas efemérides subrayadas porque has tenido una vida apretada y preñada de triunfo. Quizás tenga para ti singular importancia porque significa el reconocimiento de tus paisanos, no sólo de los villaduqueños, sino de todos los pedroñeros, porque todos te consideramos paisano. En tí se ha roto el maleficio de no ser profeta en tu tierra, porque a tí se te ama, se te aprecia, se te admira y casi se te idolatra.
Te fuiste calladamente, como tantos otros, a trotar por esos mundos, más allá del Calatraveño para luego dejar atrás también Puerto Mochuelo. Dejaste nuestra comarca en busca de otros soles y de otras lunas.
Pero en tu bagaje llevabas, en lo más íntimo de tu ser, todo lo mejor de lo nuestro, eso que nos configura y nos da forma en el mundo: el tesón, el trabajo. Cerraste las puertas a la desilusión y las abriste a la esperanza.
La luz y el olor pestoso del carburo de la boca de la mina se convirtió en luz centelleante de neón multicolor en New York, París, Copenhague, Sao Paulo, Detroit o Tokio.
Eres ciudadano del mundo pero naciste aquí, en Los Pedroches. Eres grande y has llegado muy arriba pero aquí está tu cuna y tu origen. Se te proclama genial e innovador en las artes plásticas pero aquí dejaste tus primeras sonrisas y tus primeros lamentos y quizás tus primeros garabatos inocentes, presagio de ubérrimas cosechas.
Eres un artista universal, conocido de todos; tu nombre está escrito en todas las enciclopedias del arte, pero todas ellas están condenadas a escribir que tu comienzo estuvo en la boca de la Mina del Soldado en este viejo “Valle de los metales” que llamaban los romanos.
Por eso tengo que darte las gracias. Los Pedroches no te dan nada en estos momentos. Los Pedroches, todos los que amamos a esta tierra, recibimos mucho de ti. Eres tú quién nos obsequias porque has vuelto para darnos ejemplo de un amor apasionado por tus raíces. Mientras otros silencian estos pueblos, como proscritos, tú los ensalzas y pones todo el coraje de que eres capaz para colocarlos en el pináculo de la gloria.
Has venido a Los Pedroches cuando ya estás hecho y consagrado, cuando has cobrado alta cotización y tu prestigio se ha agigantado tanto como se elevan las águilas en nuestro cielo limpio entre La Chimorra y Las Morras. No has venido mendigando sino dadivoso y en tu cabeza bulle un proyecto que ojalá sea pronto realidad: Pedrique, en otros tiempos anacoreta y poblado de ermitaños va a sentir el bullicio de la juventud discente y su paz va a convertirse en algarabía que engendra arte.
Cuando a tus oídos han llegado parabienes, elogios y proclamas vienes a regustar todo ello junto a los tuyos, para que todos contigo, seamos felices y nos regodeemos con tu triunfo que es también nuestro, porque has querido compartirlo con todos nosotros. Has hecho de esta comarca la gran sala donde has colgado tus pinturas y has colocado tus esculturas. Has paseado tu obra de pueblo en pueblo haciendo vibrar ante lo estético a tus paisanos, de manos rudas pero de inteligencia abierta y corazón noble”.
La carta escrita hace veinticinco años, muestra el aprecio del autor de la misma por el escultor, orfebre y pintor nacido en el poblado minero villaduqueño.
D. Manuel Moreno Valero desde abril del presente año 2014 es “Capellán de Su Santidad”, nombramiento concedido por el Papa Francisco en atención a los treinta años de servicio y entrega a la Iglesia en el Obispado de Córdoba como Canciller-Secretario, Vicecanciller y Archivero Diocesano.
Villanueva del Duque, 12 de agosto de 2014
Isidro G. Rodríguez Granados