La exposición itinerante “Rafael Botí, en la colección de arte de la Diputación de Córdoba” abrió sus puertas la semana pasada en el Museo de la Antigua Molina (calle las Cruces) de Villanueva del Duque. La muestra está abierta de 10:00 a 14:00 horas y se accede a ella a través de la Biblioteca Municipal.
Según la presidenta de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, Marisa Ruz García, la exposición tiene una doble intención: “por un lado, dar a conocer la obra de este insigne artista cordobés; y, por otro, difundir el rico patrimonio artístico a todos los ciudadanos de la provincia”.
Rafael Botí nació el 8 de agosto de 1900 en Córdoba. Desde 1909 hasta 1916 estudió dibujo con Julio Romero de Torres e Historia del Arte en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba. Estudió música en el Conservatorio de Córdoba y a los 17 años se trasladó a Madrid e ingresó en el conservatorio madrileño para seguir sus estudios musicales. En 1919 entró, mediante oposición, en la Orquesta Filarmónica de Madrid como profesor de viola, y en 1930 pasó a la Orquesta Nacional de España.
Entre 1929 y 1931 viajó a París para ampliar estudios de pintura, pensionado por la Diputación de Córdoba. En 1931 fundó, junto a otros artistas, la «Agrupación Gremial de Artistas Plásticos», que lanzó un manifiesto vanguardista pocos días después de la proclamación de la II República (29 de abril de 1931). El manifiesto, dirigido a los jóvenes artistas, propugnaba la renovación completa de la vida artística española. La Guerra Civil interrumpió la obra de Rafael Botí, que dejó de pintar durante diez años, hasta 1947.
En 1979 el Ayuntamiento de Córdoba le nombró Hijo Predilecto de la Ciudad y le concedió la Medalla de Oro de Córdoba, y la Real Academia de Córdoba le nombro académico correspondiente. En 1980 el Ministerio de Cultura le concedió la Medalla de Plata al Mérito en las Bellas Artes. Tras su muerte, en 1998, la Diputación de Córdoba constituyó la Fundación Provincial Artes Plásticas Rafael Botí y el Centro de Arte Rafael Botí (2015).
En este sentido, Ruz García, en relación a la dualidad de Botí como músico y pintor, destaca la bella frase que su maestro y gran amigo Daniel Vázquez Díaz difundió: “En los paisajes de Botí hay que guardar silencio para escuchar su música. Este pintor tiene un violín, que deja en su casa cuando viene al campo, para oír la melodía de los cielos”.
De Lucía Suárez para villanuevadelduque.com