Todos hemos asistidos emocionados al rescate de los mineros de Chile, los “33 de Atacama”. Realmente ha sido un alarde de tecnología y de entereza de todo un país que ha vivido 70 días, pendiente de cuanto acontecía en la mina del desierto chileno. Todo un pueblo y todo el planeta con el corazón en vilo, rezando y rogando por la salvación de los sufridos mineros del país hermano. Hay quien ha catalogado el salvamento de estos 33 mineros de milagro excepcional, pues las circunstancias del accidente hacían prever lo peor.
Doña Josefa con la fotografía de su familia.
Hoy, alegres por lo sucedido en Chile, quiero dar a conocer a los más jóvenes de nuestro pueblo y a aquellos que lo desconozcan, un hecho ocurrido en nuestro pueblo en 1890.
El 23 de marzo de 1890, un hundimiento dejó sepultados en una mina de El Soldado a dos mineros: don José Félix Aragón Quebrajo y don José Eloy Sánchez que permanecieron 7 días en el fondo de las galerías hasta que pudieron ser rescatados de forma milagrosa. Durante esos días sólo pudieron alimentarse con el aceite de los faroles que les servían para el trabajo. Era el día 30 de marzo, cuando se celebraba la Eucaristía en la fiesta del Día de Las Mozas; llega el rumor de que los dos mineros están vivos y toda la población se desplazó hacia El Soldado para presenciar la salida de ambos, sanos y salvos.
Para comentar tal hecho y conocer algunos detalles, me he reunido con doña Josefa Arévalo Aragón, nieta de don José Félix Aragón Quebrajo y vecina mía desde que trasladé mi domicilio. Doña Josefa ha sido muy gentil al recibirme en su casa y facilitarme toda la información de que disponía, que era lo que su madre le fue contando del suceso a lo largo de su vida.
D. José Félix y su esposa con su madre e hija.
Según nos cuenta doña Josefa, los mineros sepultados creyeron que no saldrían vivos del fondo de la mina, pero se encomendaron a la Virgen de Guía como única tabla de salvación de sus vidas, y sus plegarias fueron escuchadas por la Patrona de Villanueva del Duque. Desde entonces, cada año, todos los familiares descendientes de don José Félix Aragón Quebrajo, se reúnen el 30 de marzo en la Ermita de la Virgen de Guía y celebran el día, dando gracias a la Virgen por aquella liberación.
Don José Félix, sentado a la derecha, con los mineros de su relevo.
Nos cuenta doña Josefa que tras unos días de descanso, su abuelo volvió a trabajar en la mina hasta que se jubiló. Como recordatorio de aquél milagroso rescate y en acción de gracias, doña Matilde Atance escribió una hermosa oración para la Novena, que todos los años se ofrece en honor a la Virgen de Guía cuando regresa a Villanueva del Duque. Por cierto, doña Josefa, cuando joven fue Hermana Mayora en el Día de Las Mozas, cumpliendo una promesa familiar.
Quiero, por último, expresar mi agradecimiento a doña Josefa Aragón Arévalo por permitirme conocer de primera mano, los sucesos acaecidos en la persona de su abuelo y concederme la libertad de las fotografías que muestro en este relato, con el fin de que sea conocido o recordado, aquel día 30 de marzo de 1890 por todos los villaduqueños y por los más jóvenes en particular. También quiero agradecer su generosa disposición a todos los vecinos y vecinas que han posibilitado conocer la identidad de los dos mineros accidentados.
Miguel Barbero para villanuevadelduque.com
Aunque ya conocía la historia, me parece muy oportuno y acertado que se ofrezca en el Portal Villaduqueño para que los más jóvenes de la localidad, y cualquier otro vecino, puedan conocerla. Felicito sinceramente a Miguel Barbero por haberla rescatado y, además, haber ofrecido la primicia de las fotografías de uno de los mineros que vivieron la tragedia que, afortunadamente, acabó bien. También agradezco a Josefa Arévalo su colaboración. Muchas gracias a ambas personas y un abrazo de Alejandro López Andrada.