Ayer todos vivimos un sueño, después de tantos años viendo a otros países ganar esa copa, aún nos frotábamos los ojos cuando Casillas la levantaba para proclamarnos campeones del mundo.
La alegría se desbordó en el Salón Polivalente, donde se habían juntado un poco más 200 personas a ver el partido, y se extendió por las calles y la Plaza del Duque de Béjar.
Una noche para disfrutar y para sentirnos orgullosos de ser españoles.
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¡Felicidades a todos los españoles y españolas! A nivel de fútbol es lo más grande que me ha tocado vivir.
El trabajo de tanto tiempo ha dado, al fin, sus frutos.