No me sería posible resumir desde una visión puramente corporativa o profesional lo acaecido en la tarde del sábado en la jornada de homenaje a Antonio Rodríguez de León. La visita de 11 de sus familiares, desde una hija a tres bisnietas, aportaban ya una carga emocional que iba a marcar sin duda la tarde del sábado.
El primer acto presentaba a los vecinos dos libros relacionados con el polifacético autor villaduqueño. Introducía la presentación el cronista oficial de Villanueva del Duque, Miguel Barbero, que mostró su orgullo por tener un paisano tan ilustre como don Antonio, y leyó a los asistentes el discurso que en marzo de 1936, siendo gobernador civil de Córdoba, pronunció al venir a socorrer a los villaduqueños en la dura época del cierre de las minas.
Yo mismo, como coordinador de la edición, presenté el conjunto de 3 facsímiles de obras de Rodríguez de León, repasando todo el proceso que nos llevó a descubrir su figura: desde la lectura de una leve referencia al personaje en prensa histórica, pasando por el contacto establecido con la familia y finalizando con el hallazgo de los libros en diferentes coleccionistas. Los vecinos apreciaron la calidad de la reedición y el buen trabajo de la imprenta de la Diputación de Córdoba.
Francisco Onieva, como autor de la biografía “Antonio Rodríguez de León: en tierra de nadie”, glosó con más detalle todas las facetas del personaje, desde sus inicios como poeta y periodista, ahondado en su corta pero intensa vida política y culminando con el perfil del exitoso crítico teatral que mereció el premio nacional en esta materia. Onieva destacó también el talante moderado y democrático que este mostró en su etapa de gobernador civil de Ciudad Real y Córdoba
El broche del acto lo puso Silvia Rodríguez de León Bebia, nieta de don Antonio, que leyó un precioso poema de este redescubierto autor villaduqueño y llevó la emoción a los ojos de muchos de los presentes.
Casi sin tiempo para asimilar todas las sensaciones de la emotiva presentación, nos dirigimos al salón polivalente a disfrutar de “Alteración de Clases” una divertidísima obra de teatro del homenajeado, representada por el grupo Almocafre, que llenó de carcajadas la sala y nos hizo pasar unos momentos especiales. El lenguaje y la originalidad de los personajes hacían que la presencia de don Antonio se sintiera más viva que nunca.
Ana Rodríguez de León Bebia, nieta también de don Antonio e hija de Antonio Rodríguez de León Díaz que luchó durante muchos años por lograr un homenaje a su padre, cerró las jornadas agradeciendo a los villaduqueños todo lo que le habían dado a la familia en esa intensa tarde y haciendo promesas de mantener la relación con la localidad donde nació en 1896 su abuelo.
En la despedida que realicé como concejal de cultura dejé en el aire una afirmación que hoy ya se ha vuelto cierta: “Esto no es el final de un proyecto, es el principio de otros muchos hallazgos sobre Antonio Rodríguez de León …………..”.
Julio López
Concejal de Cultura
Otra vez he vuelto a emocionarme al leer esta crónica de los actos realizados en honor de Rodríguez de León. Cuánto bien le hubiera hecho a don Antonio recibir este humilde homenaje en vida, porque eran sus paisanos los que le reconocían su valor como literato y, mas importante, como persona.
Estoy seguro que, aunque como dices es un inicio de algo mas grande, sus familiares pasaron una agradable jornada en compañía de los habitantes del pueblo donde su padre, abuelo y bisabuelo nació. A eso se le llama: ¡Vivir en familia!